Varios intendentes bonaerenses han expresado su preocupación por el deterioro de la situación social en sus localidades, destacando un aumento significativo en la demanda de alimentos debido a la crisis económica.
Marisa Fassi, intendenta de Cañuelas, señaló que la situación es crítica, especialmente entre los jubilados, quienes diariamente solicitan más asistencia en medicamentos y alimentos.
Lucas Ghi, intendente de Morón, declaró la emergencia alimentaria local, afirmando que es esencial atender de inmediato las necesidades de las familias. Su municipio ha readecuado el presupuesto para aumentar la adquisición de alimentos y mejorar la asistencia en comedores.
En La Matanza, el municipio ha incrementado su asistencia de 100,000 a 150,000 familias en pocos meses, y el número de comedores ha crecido de 800 a 1,200, con una demanda alimentaria que ha aumentado un 50%. El intendente Fernando Espinoza subrayó que muchos adultos mayores están buscando ayuda por primera vez, lo que refleja la gravedad de la crisis.
Javier Martínez, intendente de Pergamino, también reportó un aumento en la demanda de alimentos y observó a más personas revisando contenedores de basura, una imagen preocupante en su ciudad. Luis Mancini, de Suipacha, indicó que su municipio está asistiendo con alimentos a siete veces más personas que el año pasado, reflejando la creciente necesidad en la comunidad.
Esta situación subraya el impacto de la crisis económica en la vida cotidiana de los bonaerenses, resaltando la urgencia de medidas efectivas para abordar la emergencia alimentaria.
Agencia MTR