Muchos compradores en línea se han sorprendido al recibir productos diminutos en cajas desproporcionadamente grandes. Este fenómeno, según Nicole Rycroft de Canopy, representa una pesadilla para la sostenibilidad. Cada año se talan más de tres mil millones de árboles para fabricar empaques de papel, que luego acaban en vertederos. La producción de envases de papel ha aumentado un 65% en las últimas dos décadas, contribuyendo significativamente a la deforestación.
El tamaño del embalaje se decide a menudo mediante software, pero la intervención humana en el proceso de empaquetado resulta en frecuentemente en envases mucho más grandes de lo necesario. Las razones incluyen la falta de cajas del tamaño adecuado y la percepción psicológica de que los empaques grandes pueden hacer que los productos parezcan más valiosos.
Este exceso de embalaje tiene un impacto ambiental considerable. Las cajas grandes no solo desperdician materiales, sino que también incrementan la huella de carbono debido al transporte y a la generación de residuos. Los “cojines de aire” de plástico que a menudo llenan estos envases también representan un problema grave, dado que el plástico puede tardar entre 20 y 500 años en descomponerse.
Para mitigar estos efectos, algunos minoristas están trabajando en soluciones para reducir el tamaño de los paquetes y eliminar el exceso de embalaje. Entre las estrategias implementadas están el uso de empaques más ajustados y la minimización de materiales innecesarios. Estas iniciativas buscan disminuir la devastación ecológica y preservar los bosques, esenciales en la lucha contra el cambio climático.
En definitiva, mientras las empresas y consumidores trabajan para encontrar un equilibrio entre la funcionalidad y la sostenibilidad, la reducción del embalaje excesivo sigue siendo un desafío crucial para proteger nuestro medio ambiente.
Agencia MTR