La UNESCO dedica el Día Internacional de la Educación, que se celebra este 24 de enero de 2024, al papel crucial que desempeñan la educación y los docentes en la lucha contra el discurso de odio, un fenómeno que se ha multiplicado en los últimos años con el uso de las redes sociales, dañando el tejido de nuestras sociedades.
La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó este día, ante el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
En la actualidad, 250 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar y 763 millones de adultos son analfabetos. Su derecho a la educación está siendo violado y es inaceptable. Es hora de transformar la educación.
El mundo está presenciando una oleada de conflictos violentos paralela a un aumento alarmante de la discriminación, el racismo, la xenofobia y el discurso de odio. El impacto de esta violencia trasciende cualquier frontera basada en geografía, género, raza, religión, política, fuera de línea y en línea.
Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca: la educación es fundamental para este esfuerzo, como lo subraya la Recomendación de la UNESCO sobre la educación para la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
El aprendizaje para la paz debe ser transformador y ayudar a empoderar a los estudiantes con los conocimientos, valores, actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el marco de este día ha reflexionado sobre la preocupación central. El odio expresado en las redes sociales y alcanza a todas las sociedades.
El odio empieza con las palabras: palabras que discriminan, dividen y deshumanizan; palabras que socavan la democracia, difunden ignorancia, infunden miedo y pueden incluso preludiar los peores crímenes.
Cuando estas palabras no se controlan —cuando se permite la proliferación de discursos de odio racistas, antisemitas, xenófobos o por razones de género—, se convierten en una amenaza existencial para los derechos humanos, la democracia y la paz.
En los últimos años, el discurso de odio y la difusión de falsedades en Internet han ganado terreno con la expansión de los medios sociales.
El año pasado, un estudio realizado en 16 países puso de manifiesto que el 67 % de los usuarios de Internet se habían encontrado con discursos de odio en línea. Alrededor del 85 % de los encuestados expresaron su preocupación por el impacto y la influencia de la desinformación en sus conciudadanos.
Sin embargo, no estamos desamparados frente a la desinformación y el discurso de odio. Contamos con la educación: para combatir el odio desde sus raíces, para desarrollar el pensamiento crítico y para erigir los baluartes de la paz en la mente de las mujeres y los hombres, de acuerdo con la Constitución de la UNESCO.
Este año, el Día Internacional de la Educación, que se celebra este 24 de enero, se centra en la función esencial que desempeñan la enseñanza y el aprendizaje para la promoción de una paz duradera, así como en el modo en que la educación debe adaptarse para hacer frente a los retos del mundo de hoy.
La Recomendación sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible, aprobada por los 194 Estados Miembros de la UNESCO en noviembre de 2023, constituye un hito importante en este sentido.
Este instrumento normativo mundial, único en su género, constituye una hoja de ruta para repensar y rediseñar los sistemas educativos con el fin de preparar a los educandos para forjar colectivamente un futuro más justo, sostenible, saludable y pacífico para todas las personas. La UNESCO está dispuesta a apoyar reformas educativas sobre la base de esta Recomendación en todo el mundo.
En 2023, la UNESCO también publicó una guía dirigida a los encargados de la formulación de políticas para ayudarlos a reforzar las políticas públicas en este ámbito, titulada “Addressing hate speech through education” (“Combatir el discurso de odio a través de la educación”).
Además, estamos intensificando nuestros esfuerzos para promover directrices antirracistas y combatir el racismo en los manuales escolares, y poniendo en marcha una iniciativa mundial para luchar contra el antisemitismo en la educación y a través de ella.
Para brindar formación a quienes están en primera línea —docentes, educadores y dirigentes escolares—, la UNESCO ofrece una clase magistral en línea sobre cómo de construir el discurso de odio.
Tras la formación en inglés impartida en octubre de 2023, a la que asistieron más de 700 docentes, los educadores francófonos tienen ahora la oportunidad de interactuar con expertos en pedagogías eficaces para prevenir y combatir el discurso de odio dentro y fuera del entorno escolar y promover sociedades más inclusivas y tolerantes.
Porque si el odio empieza con las palabras, la paz empieza con la educación.
Lo que aprendemos cambia nuestro modo de ver el mundo e influye en nuestra forma de tratar a los demás.
Por tanto, debemos situar la educación en el centro de nuestros esfuerzos por alcanzar y mantener la paz mundial.