La Guardia Suiza es el cuerpo militar encargado de la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano. Es el ejército profesional más pequeño del mundo, con alrededor de 110 soldados. Ataviados con un uniforme inconfundible, los Guardias Suizos ofrecen una de las estampas más pintorescas del Vaticano, pero su papel está lejos de ser meramente decorativo.
Los Guardias Suizos se ocupan de la vigilancia, seguridad y protección del Papa dentro del Palacio Apostólico, así como de servicios honoríficos en ceremonias, audiencias y recepciones.
Se ocupan también del control de accesos en el Vaticano y en los periodos de sede vacante protege al Colegio Cardenalicio.
Los Guardias Suizos son el último ejército de mercenarios suizos, una figura que alcanzó gran popularidad en los ámbitos militares de los siglos XV a XVIII por su especial eficacia.
El cuerpo fue creado el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506. Llegaron a Roma al día siguiente.
El uniforme de la Guardia Suiza tiene un origen reciente (principios del siglo XX) aunque está inspirado en un modelo que se atribuye a Miguel Ángel hecho en 1505 a la moda de entonces, y en los colores de librea de la Casa del Papa Julio II.
Como curiosidad, los guardias van armados con alabarda y espada ropera, aunque al prestar servicio portan armas modernas como pistolas, ametralladoras y subfusiles y fusiles de asalto, y explosivos para cuyo uso están entrenados al máximo nivel. Los escalafones superiores llevan también spray con gas lacrimógeno.
Son muy conocidos y demuestran el carácter elitista y restringido del cuerpo:
– Estado civil debe ser soltero.
– Mínimo 1.74 m de estatura.
– Edad entre 19 y 30 años.
– Poseedores de un título profesional o grado de secundaria.
– Fe católica
– Ciudadanía suiza
– Haber cumplido una instrucción básica en las Fuerzas Armadas Suizas y haber obtenido certificados de buena conducta.
Los Guardias Suizos pueden casarse aunque con una serie de requisitos. De hecho viven con sus familias en la Ciudad del Vaticano, siendo sus hijos los únicos habitantes infantiles del Estado.
Los Guardias Suizos prestan labores de vigilancia, protección y control de accesos. Es en esta última faceta donde son más visibles cuando se llega a la Basílica de San Pedro. No permiten fotografiarse en primer plano o exprofeso, pero sí estar en el encuadre de una foto de turistas a los cuales asisten por vía de excepción.