jueves, enero 16, 2025
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Hace 207 años San Martín iniciaba una travesía heroica y única en el mundo

El Ejército de Los Andes con cinco mil hombres emprendía el camino a Chile desde El Plumerillo

Este domingo se recuerda que hace 207 años, José de San Martín ponía en marcha la gesta libertadora de América.

Se considera al 17 de enero de 1817 como la fecha más trascendente del Cruce de los Andes. Si bien las seis columnas que partieron hacia la cordillera lo hicieron en diferentes fechas, se toma como referencia para conmemorar el aniversario del inicio del Cruce de los Andes la partida de la columna al mando del General San Martín.

“El 17 empieza la salida de la vanguardia: las medidas están tomadas para ocultar al enemigo el punto de ataque. Si se consigue y nos dejan poner pie en llano, la cosa está asegurada. En fin, haremos cuanto se pueda para salir bien, pues si no todo se lo lleva el diablo”, cuenta San Martín en su carta a su amigo y confidente, Tomás Guido.

En esas cartas San Martín refleja la importancia de liberarse, más que de España, de la corrupción y ese será el camino a emprender por los pueblos, más tarde.

Si bien el General San Martín no fue el primero en cruzar los Andes -en 1811 lo había hecho el Coronel Manuel Dorrego-, sí lo fue como parte de la estrategia militar de liberación que San Martín comenzó a planificar durante los tiempos en que estuvo al frente del Ejercito del Norte.

El plan continental

Para 1815, España estaba triunfando en su ofensiva para recuperar los territorios y hacerlos retornar al absolutismo según los deseos del monarca Fernando VII. Luego de numerosos reveses para derrotar al ejército realista, San Martín comprendió la dificultad de combatir en la zona del Alto Perú y que debía ocuparse Lima para terminar la Guerra de la Independencia en forma definitiva.

Tras su experiencia en el Ejército del Norte y como resultado de las reuniones con Belgrano y Güemes, San Martín comenzó a planificar la expedición libertadora de Argentina, Chile y Perú. Pensó en una campaña independentista a escala continental, regional y local, donde las tres se articulaban a la perfección. Cruzar la cordillera de los Andes, liberar Chile y desde allí, por medio de una operación anfibia, avanzar por mar hacia Lima. Avanzando junto a Bernardo O’Higgins (desde Cuyo a Chile) y esperando contar con la ayuda de Simón Bolívar, el referente libertador de la Gran Colombia, se anhelaba emancipar para siempre al territorio sudamericano del dominio realista.

“Lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes”. Carta de San Martín a su amigo Tomás Guido, 14 de junio de 1816.

 

En noviembre de 1813 se creó la Gobernación-Intendencia de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis), hecho de gran importancia para los planes de San Martín, que tras renunciar como Comandante del Ejército del Norte asumió Gobernador-Intendente en agosto de 1814, contando con el auxilio de tenientes de gobernación en San Juan y San Luis mientras él residía en Mendoza junto a su esposa Remedios de Escalada.

Con la campaña libertadora en mente, y con la misión de organizar la defensa ante un posible ataque realista, San Martín se instaló en Mendoza por la cercanía con la cordillera, y por ser un territorio muy bien organizado económica y logísticamente gracias a la actividad vitivinicultora. De a poco, la fisonomía de la ciudad se fue modificando, pareciéndose cada vez más a un cuartel militar: se instalaron talleres de artillería, almacenes de acopio de alimentos, fábricas de pólvora y campos de entrenamiento.

La creación del Ejército de los Andes se conformó con parte del Ejército del Norte, del Litoral y con la incorporación de civiles, gauchos, mestizos, esclavos libertos, indígenas y voluntarios de todas las clases sociales, predominando los sectores populares. Todos recibieron adiestramiento militar en los cuarteles del Campo de Plumerillo. La liberación de los esclavos varones entre 16 a 30 años para ser incorporados al Ejército Libertador fue una acción revolucionaria. El 26 de enero de 1815 se estableció que “quedaban libres con la única obligación de servir en el ejército hasta un año después de concluida la presente guerra”.

Como los pedidos al gobierno central no siempre tuvieron una respuesta satisfactoria, fue necesario generar recursos propios. Para ello, San Martín modificó el régimen tributario, mantuvo el cobro sistemático de multas, acudió a las contribuciones voluntarias y a la reducción de los sueldos públicos. Además, el gobernador se apropió de recursos destinados al gobierno central como “derecho extraordinario de guerra”.

El Cruce de los Andes

El plan de San Martín y sus colaboradores contemplaba dividir el ejército en seis columnas a lo largo de más de mil kilómetros de ancho entre La Rioja y el sur de Mendoza. Las columnas ingresarían por seis diferentes pasos y debián llegar de manera sincronizada a un punto en común, donde organizarían la ofensiva para tomar la ciudad de Santiago de Chile.

El 5 de enero se realizaron las ceremonias de partida de las tropas. Eligieron a la Virgen del Carmen de Cuyo como Patrona y se enarboló la bandera del Ejército de los Andes con el diseño de una franja azul y otra blanca. El 9 de enero comenzó el avance y entre el 12 y el 19 se inició el cruce las distintas columnas.

La marcha entre O’Higgins y San Martín llevaba siete días de diferencia, sin embargo, mediante chasquis, los libertadores mantenían conversaciones a diario.

“Acabamos de ganar completamente la acción. Un pequeño resto huye precipitadamente. Nuestra caballería les persigue hasta concluirla. La Patria es libre. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. Cuartel general en el campo de batalla en Lo de Espejo 5 de abril de 1818″.

El ejército atravesó la cordillera para reunirse las columnas, entre el 9 y 10 de febrero, en Curimón, valle del Aconcagua. La sincronización del plan fue perfecta. El 12 de febrero de 1817, el Ejército de los Andes realizó un ataque envolvente desde todos los ángulos sobre el ejército realista. La Batalla de Chacabuco fue una victoria. El Ejército Libertador hizo una entrada triunfal en Santiago de Chile el 14 de febrero. Después de la Batalla de Chacabuco, las tropas realistas se retiraron a esperar los refuerzos de un ejército de auxilio enviado desde Perú. Una vez reorganizados, los realistas avanzaron hacia Santiago y el 19 de marzo de 1818 se produjo un revés en el Combate de Cancha Rayada y el ejército libertador fue vencido.

A los diecisiete días llegó el desquite con la victoria final en la Batalla de Maipú, donde el ejército realista fue derrotado en forma definitiva, quedando asegurada la independencia de Chile.

“Al ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: en veinticuatro días hemos hecho la campaña, pasamos las cordilleras más elevadas del globo, concluimos con los tiranos, y dimos la libertad a Chile”, dijo San Martín en Chile después del cruce.

Pero el Plan Contiental no había terminado. Quedaba otra hazaña heroica por resolver: derrotar la sede del poderío realista en la ciudad de Lima e iniciar el proceso de liberación del Perú.

Y la hazaña se concretó y el mundo sigue hablando de un suceso único en el universo.
San Martín logró la liberación política, plasmó el principio de la autodeterminación de los pueblos, pero no alcanzó el objetivo de la liberación la de la corrupción, que sigue vigente.

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