El debate político argentino aún perpetúa el largo siglo XX. No avanza, desanda caminos. Lucha de clase (Manifiesto Comunista, Carlos Marx) Vs. colaboración de clase (Encíclica Quadragesimo Anno, 1931). Con el recupero de la representación política democrática, en 1983, se profundiza esta grieta, olvidando que la función política, o la acción política, es la Comunidad Organizada. Pero, siguen jugando al revolucionarista. Infantilismo del internacionalismo.
La raíz. Roberto Grabois, padre de Juan, realiza sus primeras armas políticas en el Partido Socialista Auténtico bajo la dirección de Alfredo Palacios, propulsor de un socialismo nacional, que fallece en abril de 1965. Una parte de la juventud que lo seguía se planteará la discusión de: ¿cómo llevar a la masa de trabajadores al campo socialista? Solo había un camino: ingresar al Movimiento Nacional Justicialista y trabajarlo desde adentro. Así, en 1966, se forma el Frente Estudiantil Nacional, con la convergencia de sectores provenientes del reformismo de izquierda y bajo la dirección de Roberto que, en ese momento, era estudiante de Sociología. Fue una agrupación universitaria de vertiente marxista, que se definía a sí misma como grupo de “pasaje al peronismo”.
Existe una vieja filmación que, aún circula por las redes, se observa a un brioso Grabois pregonando una argentina socialista. Seguramente, estas cuestiones llevaron a que el Partido Justicialista no le tuviera confianza para ocupar cargos electivos por el voto popular.
La semilla. Con la democracia nace Juan Grabois, quien fundará y dirigirá la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, en 2011. La CGT de los “gordos” no se sensibilizan ante los desocupados que ingresan a la economía de la informalidad, tal es así que, ante el pedido de Juan para sindicalizarlos, le dan la espalda. Un gravísimo error estratégico.
Al igual que su padre, Juan interpreta que, para adentrarse al pueblo ya no alcanza con el peronismo, que no le abre el juego. Se acerca a la Iglesia Católica. Crecerá e irá consolidándose en el trabajo territorial. Intentará dar el paso que su padre no logró: ser dueño de una parte del poder político.
La Provincia de Buenos Ayres tiene alrededor de 250 pueblos “fantasmas”, es decir, están despoblados y unos 350 con menos de mil habitantes que, para la siguiente década, desaparecerán. Tierra extraordinaria, con grandes recursos y espacio para el desarrollo de proyectos agroecológicos. Sin embargo, Juan opta por ocupar tierras de municipios sobrepoblados, complicando aún más la dura realidad de muchos de los vecinos de estos pueblos, con faltas en la provisión de agua potable, suministro de energía insuficiente, escasa infraestructura…
Realismo político Vs Ideologismo. La provincia posee 44% de pobres y casi 10% de indigentes; 1935 villas miserias con más de dos millones de compatriotas en situación precaria; el 96% de los bonaerense reside en áreas urbanas donde, el 67% está en el Conurbano (24 municipios); la región surera (95 Municipios) tiene una densidad poblacional de 23 hab. por km2. Solo dos partidos superan el millón de habitantes (La Matanza y Gral. Pueyrredón), 20 los 500 mil y 47 los cien mil bonaerenses. Unos 25 municipios sobrepasan los 50 mil habitantes.
Ahora, ¿por qué no diseñar un proyecto estratégico de repoblamiento bonaerense? Poblando la región surera se evitaría la confrontación con los vecinos de los municipios en donde pretenden asentarse. Es más, repoblar permitiría potenciar y desarrollar a los pueblos de los municipios con poca población y, lo más importante, dignificaría a las familias que contarían con una actividad laboral. O acaso, ¿no son éstas las consignas más importantes de la Doctrina Social de la Iglesia y de la Doctrina Justicialista? Entonces, ¿por qué la decisión de ocupar tierras en los Partidos que no precisan incrementar densidad poblacional?
La respuesta. Porque ocupar pueblos “fantasmas” no generaría la atención de los medios de comunicación. Pasaría desapercibido. Y, para Juan, de lo que se trata es de “generar hechos políticos” para continuar en la superficie política. Así se mueve la mala política en esta realidad.
Construyamos futuro. En este nuevo escenario planetario, en donde, como dijera recientemente el Alto Representante de la Unión Europea, el español Josef Borrell: “la globalización ha llegado el fin”, seguramente, vendrá un mundo multipolar y multilateralista. Ante ello, la Provincia de Buenos Ayres deberá prepararse para estos cambios, plantearse un Federalismo de base Municipal, con autonomía plena y Cartas Orgánicas. Porque los municipios jugarán, y deben ser conscientes de ello, un papel fundamental en la construcción de los gobiernos locales.
Los municipios serán las pequeñas ruedas que pondrán en funcionamiento la rueda mayor -la provincia- que, al moverse ésta, impulsará la gran rueda: la Patria. Es así como explicaba el federalismo el Cnel. Manuel Dorrego hace doscientos años.
Fortalecer la familia con una mejor alimentación y una educación sin ideologismos, permitirá el ordenamiento del barrio, éstos, articulados, lograrán un Municipio equilibrado y en armonía. El conjunto de municipios organizados conformará una comunidad bonaerense también organizada…y, así, se convertirá a la Provincia de los Bonaerenses en la locomotora que empuje a la Argentina toda. Este debe ser el objetivo de todo buen bonaerense.