Un emprendedor es una persona que identifica una necesidad no satisfecha, a través de una idea crea un producto o un servicio trata de cubrirla, organiza todo lo que tiene para la puesta en marcha.
Pero si hay algo que frena proyectos en este país más que cualquier otra cosa, es la burocracia.
¿Qué es la burocracia?
La burocracia es definida por la Real Academia Española de esta manera:
- Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios.
- Conjunto de los servidores públicos.
- Influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos.
- Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.
Sin dudas en la mayoría de los casos se aplica la cuarta definición, por lo que creo les será útil esta receta, con un toque de humor.
Receta para finalizar un trámite con éxito
Es necesario contar con los siguientes ingredientes:
Un reloj despertador o alarma de celular
Una muda de ropa limpia y formal
Perfume cantidad necesaria
Papeles en orden, en original y su copia
Un folio
Una lapicera
Dos impuestos a tu nombre
Paciencia cantidad necesaria
Predisposición para entender que volverás varías veces más para terminarlo
Dinero para sellado cantidad necesaria
Una agenda
Una pizca de suerte
100% perseverancia
Modo de preparación
Llegar temprano al organismo público es muy importante, por lo general los sistemas caen al mediodía, y no olvidar sacar número para no perder toda la mañana.
Una vez que te llaman a presentarte, la amabilidad, y la presencia formal ayuda, por algo el conocido dicho de la señora Mirta Legrand “como te ven te tratan”, seguidamente completaras cada requisito en imprenta y con lapicera del mismo color
Amasar la paciencia, hasta que tenga consistencia firme, para no perderla, en el 90% de los casos no finalizas el trámite en el primer intento, será que olvidaste un papel, o que está incompleta la información o que algo no coincide, porque los requisitos que solicitan en cada tramite en general son complejos, repetitivos y burocráticos.
La agenda es útil para anotar todo lo nuevo que te pidan, tal cual lo solicitan para traerlo la próxima vez y anotar el nombre de quien te atendió para tratar de seguir con la misma persona.
Una pizca de suerte, puede hacer que lo finalices en el primer intento, a no desesperar, a veces ocurre.
Pero lo más importante son las tres “P”: la perseverancia, la paciencia y la predisposición, porque tarde o temprano ese trámite finalizara.
El mayor secreto de la receta, es establecer en la planificación de tu proyecto un tiempo extra, para estos atrasos por dificultades burocráticas, no darse por vencido, y buscar un asesor o gestor idóneo para tener todo armado correctamente antes de presentarse ante una dependencia.
Esto me lleva a solicitar a nuestras autoridades, no solo a mí, sino que es un pedido de la sociedad toda. A los políticos que quieran que nuestro país tenga cada vez más emprendedores, más trabajo, más producción, les pedimos legislar en esta línea.
El sistema impositivo, laboral, y administrativo argentino debe simplificarse:
-que se reduzcan los trámites
-que bajen los impuestos y tasas
-que la información que se presentó en un organismo, no deba volver a presentarse en otro, también para reducir la cantidad de papel utilizado
-que puedan reemplazarse los trámites presenciales por los virtuales
-que iniciar un negocio sea simple, darlo de alta y de baja
-que los ciudadanos de cada provincia tengamos normas similares
-que tengamos estabilidad, reglas claras y previsibles.
Que todo aquel que quiera dar trabajo, producir y dar riqueza, tenga la vida un poco más fácil y no pierda lo poco que tiene en llevar su idea a la práctica, seguramente con incentivos a la producción y a la innovación, crecerán más los ingresos fiscales, que con este sistema actual.