Sr. Director
Cadena Nueve
Me dirijo a ese medio, y por su intermedio a la comunidad de Nueve de Julio a los fines de hacer algunas aclaraciones sobre una publicación de ese medio en la cual se hace mención a una agresión al Dr. Federico Choy, en el marco de una consulta médica.
Soy la madre del paciente de 4 años y explicaré lo que padece mi hijo. No me haré cargo del entredicho entre el profesional y papá de la criatura, ya que no estaba en el momento, si es que ocurrió. Son adultos y el diálogo es lo mejor para acercar diferencias.
Adelanto, que nos sentimos agredidos con la indiferencia del médico y al hacerlo notar, nos echó de la consulta y la clínica, y luego, se puso en víctima de su propia conducta donde jamás revisó al paciente indefenso.
Tengo tres hijos, lo que he consultado a médicos pediatras en varias oportunidades. Jamás, se ha tenido alguna diferencia con los profesionales que he tratado a lo largo de 13 años, que es la edad del mayor. Por el contrario, se guarda respeto y consideración, además de seguir sus recomendaciones o prescripciones.
En relación al hecho en cuestión, haré consideraciones previas importantes.
Mi hijo tiene 4 años y el 1 de noviembre de 2019 comenzó con una hemorragia digestiva, vómitos y diarrea con sangre. Su cuadro reviste palidez, ya que no presenta color en cara y labios y tras una consulta médica fue internado, por derivación de su pediatra de cabecera, Dr. Furlán, al Hospital de Niños de La Plata.
Vivió un cuadro gástrico. Luego de 4 semanas (J,C,) no tuvo más hemorragia y se recuperó muy bien con un protector gástrico y buena alimentación.
Al año casi justo vuelve a tener un episodio y otra vez salimos para La Plata. Se estaba en plena pandemia.
Fue para el día del médico. Mi hijo se desmayó y a la tardecita tuvo un sangrado importante en la deposición, lo interno su pediatra, Dr. doctor Furlán y a las 3 am salimos para el Hospital de Niños. A su ingreso, le hicieron una endoscopia alta y baja y no encontraron nada.
Estaba pendiente otro estudio. Alcanzaba al intestino delgado, pero se debió pasar 15 días desde la endoscopía.
Regresamos a Nueve de Julio, y con fecha 18 de diciembre se viajó a Junín para esa práctica.
Al comienzo del año pasado, a mi hijo había que hacerle una Endocápsula. Es que con fecha 3 de enero 2021, se entendió que tenía un divertículo.
Días después, el 18 de enero es internado y dos enfermeras le pusieron una sonda nasogástrica derecho al pulmón. Había entrado en un paro. Se murió en mis brazos, es lo percibí, y el rápido accionar médico hizo que se reanimara.
De ahí, fue derivado a terapia intensiva, y estuvo en coma 8 días con respirador artificial. En ese contexto, se hizo una cadena oración.
Todo esto transcurrió en la sala de terapia Intensiva del hospital de Niños de La Plata Sor María Ludovica.
En relación a hechos más recientes en la clínica es de señalar que el domingo 2 d enero de 2022, el niño debió ser atendido.
Estoy separada de su padre y como todo niño le tocaba ese fiesta de fin de año con su papá.
En la madrugada de ese domingo, cerca de las 2, al regresar de una cena con tíos en Dudignac, fui a ver a mis hijos. El menor no estaba bien y presentaba vómitos, no ingería líquido y presentaba una baba blanca, como contrareacción al líquido que vomitaba. Ante la dificultad para hidratarlo y ese cuadro, nos fuimos a la clínica.
El médico nos recibe sentado en un escritorio. Jamás salió de esa postura.
Puse al niño en una camilla envuelto en toallas y una tenía en la mano derecha, suministrada al ingresar al centro médico por otro vómito. Sin dudas cuadro de angustia como padres.
Detrás de nosotros ingresó el padre.
Tras los saludos el profesional preguntó que estaba pasando. Y es el padre quien refiere que cerca de las 21 horas había comenzado con los vómitos a lo cual el médico respondió ‘porque no lo trajeron antes?’.
Se le describió el síndrome y se consideró que todo era por algún alimento. Y tras ello refirió que se debía ponerle un inyectable a lo cual consultó sobre su peso. 20 kg. se le respondió y pidió la libreta sanitaria, la cual no se había llevado. Ahí mostró cierto fastidio. Pide ser pesado. Tras hacerlo, le refiero que pesa 20 kg. e insiste con el inyectable acotando que después de dos horas, los vómitos cesarán.
Molesta ante su indiferencia, le describí su historia clínica y cuadro gástrico previo, entre ellos haber estado internado en terapia intensiva, a lo acotó ‘no habrá sido por tomar agua’.
Mientras ordenó la inyección, el padre del menor le refirió que le llamó la atención su conducta y lo trató de parásito.
En tanto, en ningún momento se levantó de su asiento.
Al padre de mi hijo le dio impotencia por el destrato para con nuestro hijo.
Le pusieron un inyectable y nos retiramos.
A la hora 14 de ese mismo día regresamos ante vómitos reiterados. Fue atendido por el Dr. Barroso quien tras revisarlo dispuso su internación, la cual duró hasta las 11 de la mañana del lunes 3 de enero.
En el atardecer ese domingo, hace una semana, se presentó su pediatra de cabecera, Dr. Furlán y ordenó un protector gástrico en el suero.
De regreso en caso, ayer sábado el niño presentó un cuadro similar al descripto ya que tras despertarse a las 8 de la mañana y tiene su primera diarrea de un total de tres.
Lo hidraté con gatorade rebajado con agua como acostumbro a hacer y a eso de las 14 horas presenta vómitos.
Ante este cuadro me contacto con el padre y nos fuimos otra vez a la clínica. En el trayecto nuestro hijo vuelve a vomitar.
Tras el ingreso al centro médico la recepcionista advierte de un niño descompuesto y somos derivados a la guardia, siendo atendidos por el médico de hacía una semana.
Ya en el consultorio dejo el nene descompuesto en la camilla, quien se dormía de agotado y tras describirle el cuadro que presentaba, el Dr. Choy nos mira y nos dice: “no chicos yo con violento no trabajo”
Sorprendida lo miré y le dije, el que necesita atención es el nene y acoté. Lo vas a atender, ‘No’ fue la respuesta.
Y ahí le expresé que nos llamó la atención que hacía una semana no se había dirigido al paciente ya que permaneció en su silla, sin revisarlo.
Tras ello, refiere que llamará a su superior, el Dr. Luis Choy, su padre.
Tras ello, añade, no los voy a atender y menos a vos, mirando al padre de nuestro hijo.
Es decir, nos echó y no atendió al paciente, indefenso y con quejidos arriba de la camilla.
En ese contexto, ya en el pasillo de la clínica llamo al Dr. Furlán, quien no responde y llamé al Dr. Zapata, quien está de vacaciones.
En tanto, el médico de la guardia le notificaba al padre del paciente que debíamos irnos de la clínica. Echados.
En tanto, llamé al Dr. Barroso y cuando se entablaba la comunicación recibo un llamado del Dr. Luis Choy e interioricé de la situación.
A los pocos minutos estuvo en la clínica y atendió profesionalmente a nuestro hijo.
Cuento todo lo sucedido ya que no somos violentos. Ni fuimos atenidos por el médico que se victimiza como corresponde. }
Por el contrario tenemos conductas empáticas y se solidaridad, con el personal de salud, y más ahora, ya que sabemos de su agotamiento y cansancio.
Un mal día podemos tener todos, en este caso, el de un médico le alcanzó a un niño de 4 años y sus padres salimos en su defensa, haciendo notar esa indiferencia profesional.
Creo que el Dr. Federico Choy y el padre de nuestro hijo se deben una charla adulta y sabrán zanjar las diferencias por la salud de J.C.
Antes el cansancio y agotamiento de médicos y agobios en familias y sociedad, es importante tener gestos de reconciliación.
Atte.
María Paula García
Hola María Paula
Con la idea de ayudar: alguien les habló de la posibilidad que la patología se trate de celiaquia?? Sin ser medico/médica los síntomas son similares. Mi opinión es sólo para ayudar.