




Semana a semana se observan cambios en el Hospital Julio de Vedia.
Así, las paredes de los pasillos que lucían en amarillo, ahora se observan en blanco tiza, lo que hace a los ambientes más luminosos e higiénicos. También las puertas que abren paso a las salas o servicios.
Entre las transformaciones, se ha creado un ámbito para el servicio de salud mental. La ley que regula la disciplina contempla el concepto que el encierro es bueno para las terapias. Teniendo presente este principio, un sector de aire y luz que se observaba deslucido, se limpió, se pintó y se le colocaron mesas y asientos, de tal manera que los pacientes internados puedan estar con sus acompañantes; no solo con los fines de esparcimiento, sino también propiciando la intervención terapéutica con los profesionales a cargo de la socialización y la posibilidad de un abordaje grupal de ciertas patologías.