Normalmente cuando una persona se dirige a un banco a obtener dinero para su emprendimiento, o para la compra de una determinada maquinaria, se encuentra con la dificultad de ciertas palabras complejas que cuesta interpretar.
En esta nota brindaré estos conceptos de manera simple, para que puedas decidir si es conveniente sacar un préstamo o no.
Un préstamo es una suma de dinero que un banco o una persona entrega a otra a cambio de un precio determinado, o sea del interés que cobrarán. La entidad que presta el dinero se llama prestamista y el que lo recibe se llama prestatario.
La devolución del préstamo se llama amortización, que se realiza mediante cuotas, que pueden ser mensuales, semestrales, anuales según la acordado. En cuanto al sistema de amortización, se conforma con determinadas fórmulas que determinan la forma en que se pagarán las cuotas del préstamo. Las que se utilizan en nuestro país: son el francés y el alemán. Siendo el más común el primero de ellos.
En el sistema de amortización francés la devolución del capital se realiza en cuotas iguales y consecutivas. Pero la composición de la cuota es diferente, siendo la devolución del capital creciente mientras que los intereses son decrecientes porque se calculan sobre el saldo de la deuda.
El sistema de amortización alemán, las cuotas son decrecientes, el pago del capital es constante, mientras que los intereses van disminuyendo ya que se calculan sobre el saldo adeudado. Por lo que este sistema es más conveniente que el francés si la persona piensa cancelar anticipadamente su deuda.
Existen diferentes tipos de préstamos, los más comunes son:
- Préstamo personal: son sumas dineros prestadas para cualquier fin que la persona quiera darle, como realizar un viaje, o comprar un determinado bien. El monto que suele ofrecer el banco dependerá del historial crediticio, como recibo de sueldos, antigüedad laboral, etc. Suele tener la tasa más cara, o sea el interés a devolver es muy alto.
- Préstamo prendario: es un plan de financiación para la compra de vehículos, o herramientas el cual queda prendado a favor del banco como garantía, hasta la cancelación total del mismo.
- Préstamo hipotecario: la entidad financiera proporciona dinero para comprar o refaccionar un bien inmueble (departamento, casa, etc.), se otorga una hipoteca como garantía sobre el propio inmueble. En este caso el plazo de devolución es más largo y las tasas de interés más bajas que los otros tipos de préstamos.
¿Tasa fija o tasa variable?
La tasa de financiación es el costo que la persona deberá pagarle a la entidad financiera por el dinero prestado.
La tasa de interés que informan los bancos, es la Tasa de Interés Nominal Anual (TNA) que se muestra en un porcentaje de forma anual.
El financiarse a tasa fija quiere decir que la tasa de interés del préstamo no cambiará durante todo el plazo del mismo. En tanto que la tasa variable, significa que la tasa de interés puede modificarse a medida que cambia el índice a la cual está atada. También existe la posibilidad la tasa mixta: se puede negociar que una parte del período sea a tasa fija y otro a tasa variable.
El Costo Financiero Total
Es un concepto muy importante, que pocos conocen. El Costo Financiero Total (CFT) incluye además de la tasa de interés, todos los gastos en los que se incurrirá al tomar la deuda, como impuestos, gastos de otorgamiento, costos administrativos, seguros y demás recargos.
Por eso la principal variable a analizar no es la tasa de interés, sino el CFT que es el mejor indicador del costo global del préstamo, y muy útil para comparar distintas entidades financieras, y en cuál es más conveniente tomar el préstamo.
Entonces a la hora de decidir si tomar una deuda, consulta el tipo de préstamo que te otorgarán, la tasa de interés si es fija, variable o mixta, el sistema de amortización utilizado y principalmente el costo financiero total, para no encontrarte con sorpresas de costos adicionales.
Fuente:https://www.argentina.gob.ar/inclusión-financiera
Agencia MTR