Es Domingo de Ramos. Se trata de una celebración cristiana que conmemora la entrada triunfal de Jesús en la ciudad de Jerusalén, cuando una multitud de habitantes lo recibió como el Mesías y reconociendo que se trataba del hijo de Dios.
La denominación se debe a que ese recibimiento fue con ramas de palma que fueron puestas en el camino cuando Jesús entraba en la ciudad montado sobre un burro.
Este es uno de los días más celebrados de la Semana Santa, donde también se rememora que la muchedumbre cantaba: Bendito es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre.
Por tratarse de uno de los sucesos más importantes en la vida cristiana, oportunamente el Vaticano desarrolló conforme a los escritos de los apóstoles, nueve puntos para tener presente:
- Este día se llama “Domingo de Ramos” o “Domingo de Pasión”
El primer nombre proviene del hecho que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con hojas de palmas (Juan 12:13).
El segundo nombre proviene del relato de la Pasión que se leerán en las celebraciones.
Según el documento del Vaticano Carta de fiestas pascuales de 1988, el Domingo de Ramos “comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. Es decir, se anuncia lo que vivirá previo a su muerte.
- Se realiza una procesión antes de la Misa
La procesión antes de la Misa simboliza esa entrada del Señor en Jerusalén. Desde la antigüedad se conmemora con una procesión.
- Se puede portar palmas u otros tipos de plantas en la procesión
No es necesario utilizar hojas de palma en la procesión, también se pueden utilizar otros tipos de plantas locales como el olivo, sauce, abeto o de otros árboles.
- Los fieles participan con conocimiento previo sobre la celebración
La importancia de tener alguna referencia previa a la celebración moviliza a la participación.
“Debe recordarse oportunamente que lo importante es la participación en la procesión y no solo en la obtención de hojas de palma o de olivo”, que tampoco deben mantenerse “como amuletos, ni por razones terapéuticas o mágicas para disipar los malos espíritus o para evitar el daño que causan en los campos o en los hogares”, indica el texto del Vaticano.
- Jesús reclama el derecho de los reyes en la entrada triunfal a Jerusalén
Jesús de Nazaret con esa entrada reclamó el derecho de los reyes, conocido a lo largo de la antigüedad, de demandar modos de transporte particulares.
El uso de un burro – que estaba atado y nunca andado – en el que nadie se había sentado aún es un indicador más del derecho de la realeza. Jesús quería que su camino y su accionar sean entendidos en términos de las promesas del Antiguo Testamento cumplidas en su persona.
Al mismo tiempo, se destaca que su reino no se construye con violencia u ostentaciones. Su poder es de otro tipo: es en la pobreza y la paz de Dios, que identifica el único poder que puede redimir, detalla el mensaje de Roma.
- Los peregrinos reconocieron a Jesús como su rey mesiánico
El hecho de que los peregrinos colocasen sus mantos en el suelo para que Jesús camine sobre ellos pertenece a la tradición del rey David.
Los peregrinos sacan ramas de los árboles y gritan su proclamación como mesías: ‘¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!’
- “Hossana” es un grito de júbilo y una oración profética
En el tiempo de Jesús esta palabra tenía matices mesiánicos. En la aclamación se expresan las emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había llegado.
Al mismo tiempo era una oración que indicaba que el reinado davídico, y por lo tanto el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido.
- La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión
Es de señalar que tres evangelios dejan claro que quienes aplaudieron a Jesús en su entrada a Jerusalén no fueron sus habitantes, sino las multitudes que lo acompañaban e ingresaron a la Ciudad Santa con él.
Este punto se hace más claro en el relato de Mateo, en el pasaje que sigue al Hosanna dirigido a Jesús: “Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó diciendo: ¿Quién es este? Y las multitudes decían: Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea”.
Las personas habían oído hablar del profeta de Nazaret, pero no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente allí no lo conocía.
- El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en la liturgia
La Carta de Fiestas Pascuales resalta finalmente la importancia que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, a través de su relato completo.
Este domingo desde las 10 de la mañana, se hará la celebración central de los ramos en la plaza Belgrano de Nueve de Julio encabezada por el obispo de la diócesis, monseñor Ariel Torrado Mosconi.