Hace 45 años, el 24 de marzo de 1976, se impuso en nuestro país la dictadura cívico militar más sangrienta de la historia reciente, terrorismo de estado, anulación de libertades, endeudamiento público, favoreciendo a grupos de poder que multiplicaron sus fortuna y su poder a partir del miedo y el silencio de la sociedad.
Fueron 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos, trabajadores, pensadores, estudiantes (adolescentes y jóvenes), gremialistas, curas, todos con la creencia de poder construir un país más justo.
Hoy, a pesar del tiempo, seguimos creyendo que este país lo podemos construir entre todos, que debemos recuperar lo perdido a través de un modelo político donde estemos todos. El sacrificio de esas 30.000 vidas y de las familias que quedaron rotas en el proceso es el combustible de nuestra militancia, una lucha que no debemos dejar.
Los desafíos son muchos y diversos, reconstruirnos como sociedad, su tejido social, recuperar las cadenas productivas nacionales y administrar las exportaciones y recirsos naturales para que estén al servicio de todos los argentinos y no beneficiar a unos pocos multiplicando sus patrimonios concentrando la riqueza en unas pocas manos. Deben transformar en mejor salud, mejor educación, mejor trabajo, lo que será mejor calidad de vida para todos.
Por todo esto no podemos dejar que el olvido gane, por eso sostenemos los principios de Memoria, Verdad y Justicia.
Hoy nos sumamos a plantar 30.000 árboles en memoria de los 30.000 que desaparecieron pero están presentes en nuestra lucha y en nuestros deseos de una país más justo.