El otoño es una de las cuatro estaciones del año de las zonas templadas. Sigue al verano y precede al invierno.
En el hemisferio sur, comienza este sábado – si bien siempre se señala que su nacimiento es el 21 de marzo – lo hace hoy y con probables lluvias y luego escaso sol. Se presenta con un rasgo característico.
El inicio de esta estación se produce en el momento del equinoccio, que también marca el comienzo de la primavera en el hemisferio norte. En los últimos años este fenómeno viene produciéndose en distintas horas del 20 de marzo y se estima que así seguirá siendo al menos el 2025. Finalizará el lunes 21 de junio.
En el Hemisferio Sur, y por ende en la Argentina, el otoño 2021 comenzará exactamente a las 6.37 de este sábado. La estación durará 92 días y 18 horas para luego dar paso al invierno.
El equinoccio, cuyo nombre proviene del latín aequinoctium (“noche igual”), sucede cuando el sol se sitúa exactamente sobre un punto de la línea ecuatorial, de modo que su luz y su calor se distribuyen de forma similar en ambos hemisferios.
Este fenómeno provoca que el día y la noche duren lo mismo. El equinoccio se repite también en septiembre, para dar inicio a la primavera en el sur y el otoño en el norte. Es decir, se produce cuando el Sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre.
El otoño debe su nombre a Atum-Ra, un dios egipcio que simboliza el sol oculto por la tierra, tanto en un periodo del año como en un momento del día.
Es la estación de recoger lo sembrado en el verano, por ejemplo el maíz y el girasol. Se usa por eso para representar la madurez.
La sucesión de las estaciones se debe a la inclinación del eje de giro de la Tierra respecto al plano de su órbita respecto al Sol.
Este eje se halla siempre orientado en la misma dirección y por tanto los hemisferios norte y sur son iluminados desigualmente por el sol según la época del año. Reciben distinta cantidad de luz solar debido a la duración del día y con distinta intensidad según la inclinación del Sol sobre el horizonte (ya que la luz debe atravesar más o menos la atmósfera).
Si el eje de la Tierra no estuviese inclinado respecto a la eclíptica, el Sol se hallaría todo el año sobre el ecuador; y describiría todos los días la misma trayectoria en el cielo, alcanzando siempre la misma altura máxima sobre el horizonte.