El 24 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Evolución que tiene como finalidad recordar dos acontecimientos importantes para la humanidad. El primero, que en el año 1859 se publicó “El Origen de las Especies” de Charles Darwin y el segundo, que en el año 1974 se halló del esqueleto de un homínido muy antiguo, un descubrimiento realizado por el arqueólogo Donald Johanson.
Charles Darwin fue un científico y naturalista de origen británico, quien dedicó su vida al estudio de las especies y que hoy es mundialmente conocido por su obra maestra “El Origen de las Especies”.
En su libro, Darwin afirma que toda forma de vida que existe en el planeta tendría un descendiente con antepasado común. El científico llega a esta conclusión después de años de minuciosa observación e investigación y declara que todo se da por una selección natural, que va evolucionando con el tiempo hasta convertirse en los organismos que conocemos en la actualidad.
La teoría de la evolución explica una serie de conocimientos, hallazgos y evidencias científicas que explican como ha ocurrido la evolución de los seres humanos, los animales y todas las especies que habitan en el planeta.
Esta teoría fundamentada en las observaciones de uno de los hombres más importantes de la historia, afirma que todos los seres vivos provienen de un origen primario y que poco a poco se van transformando y evolucionando.
Por otro lado, puede ocurrir que los cambios que se dan en un mismo ser u organismo, puedan aparecer en otras dos especies distintas, con características completamente diferentes que permitan diferenciarlas unas de otras, y esto, a la larga, es lo que se define como evolución.
Esta evolución es posible gracias a la “selección natural”, donde una especie es capaz de adaptarse, mientras que otra puede extinguirse. Con el paso de los años, esta teoría se ha se ha expandido y los especialistas en el tema siguen investigando sus distintas vertientes en el complejo campo de la biología.
Se suma a estas investigaciones el hallazgo de una homínido, a la cual se la denominó Lucy, el 30 de noviembre de 1974 en Etiopía por los arqueólogos Tom Gray y Donald Johanson.
Se trató de un esqueleto bastante bien preservado de la especie “Autralopithecus afarensis” y que fue noticia alrededor del mundo.
Fue encontrada en pleno desierto, pero que hace millones de años era un lago. En el lugar había restos óseos de un animal muy antiguo, donde se pudo recuperar casi un 40% de estos fragmentos como vértebras, mandíbula, parte de la pelvis y el fémur.
Durante largos años de excavaciones, el equipo de científicos tenía en sus manos una muestra de lo que representaba los restos más antiguos y completos de una misma especie de lo que se había descubierto para esa fecha.
Sin embargo, actualmente se sabe, que existió otro homínido anterior que data de siete millones de años o más, mientras que los estudios realizados en los fragmentos de Lucy son de aproximadamente tres millones de años.
Esta primate tenía una apariencia que la clasifica en el grupo llamado Australopithecus afarensis, con una estatura ente 1,10 y 1,30 metros, cabeza pequeña y brazos muy largos, además, se caracterizaba por ser un animal que era capaz de trepar.
Para celebrar esta importante fecha, debemos agradecer el esfuerzo y trabajo realizados por personajes importantes de la historia como Charles Darwin, Donald Johanson o otros investigadores, quienes trabajaron toda su vida para hallar respuestas a las múltiples interrogantes sobre el origen de la evolución y que todavía sigue siendo un profundo misterio para el hombre actual.