jueves, diciembre 26, 2024
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A 44 años de su muerte el boxeo recuerda a ‘Ringo’ Bonavena

Fue un boxeador argentino de peso pesado que peleó con los campeones de su categoría en Estados Unidos, donde falleció el 22 de mayo de 1976

Oscar Natalio Bonavena. más conocido como Ringo, había nacido el 25 de septiembre de 1942 , en el barrio de Boedo, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,  y fue muerto a los 34 años en la ciudad de Reno, en el Estado de Nevada, Estados Unidos; 22 de mayo de 1976.

Fue un boxeador que llenaba el Luna Park ante cada combate siendo el publico femenino, de alta participación, si bien no era frecuente que asista a este tipo de espectáculo.  Su simpatía y frases creativas, llegaban con simpatía.

Más allá del boxeador zurdo pero que era conocido por darles a sus contrincantes fuertes «derechazos», que casi siempre acababan en nocaut, Ringo – el apodo le llega por el músico Ringo Starr -incursionó en la música.

En el año 1967, la banda beat uruguaya, Los Shakers fueron los músicos del boxeador en un disco grabado por este último. La placa contenía cuatro canciones compuestas por el boxeador. Entre ellos se encuentra el clásico tema de primavera Pío pío pa, Se fue;  Larilá Som Som y Señor López.

‘Ringo’ Bonavena se inició como boxeador en el Club Atlético Huracán, y en 1959 fue campeón amateur. Inició su carrera profesional en Estados Unidos, la meca de este deporte, adonde regresó con frecuencia. Venció al campeón canadiense George Chuvalo y a otros contendientes al título mundial como Zora Folley, Karl Mildenberger, Leotis Martin o Larry Middleton.

Combatió dos veces contra Joe Frazier —en la primera de ellas en septiembre de 1976, lo derribó dos veces, en la segunda disputó la corona de los pesos pesados de la Asociación Mundial de Boxeo en diciembre de 1968.

Más tarde,  el 7 de diciembre de 1970 enfrentó a Muhammad Ali en el Madison Square Garden. Los seguidores del box, recuerdan aquel combate. En esos días, la revista The Ring lo clasificó tercer mejor peso pesado del mundo en 1968 y 1970. Los 79,3 puntos de rating que logró aquella transmisión de la pelea por Canal 13 sólo fueron superados 20 años después por los 82 puntos del partido Italia-Argentina, en la semifinal del Mundial Italia 90.

Su registro como boxeador fue de 58 peleas ganadas, 9 perdidas y 1 empate.

En febrero de 1976, Bonavena realizó el que sería su último combate, contra Billy Joiner.

El 22 de mayo de ese año fue asesinado por Ross Brymer, un guardaespaldas del famoso burdel Mustang Ranch. Brymer estuvo 15 meses en prisión por asesinar a Bonavena, pena que luego le fue conmutada por la de homicidio involuntario, aunque un testigo del lugar indicó haber presenciado esa noche el asesinato.

El cuerpo de Bonavena fue velado el 29 de mayo en el estadio Luna Park, donde fue despedido por unas 150.000 personas. Luego fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita.

Actualmente, la tribuna local del Club Atlético Huracán -del que era hincha fanático-​ y una calle de Buenos Aires llevan su nombre en su homenaje.

Su madre tuvo una enorme gravitación en su vida. El la popularizó con la exquisitez de sus ravioles, habiendo llevado a personalidades del momento a comer a su casa. Dominga Grillo, alguna vez, hizo referencia a su hijo diciendo: El nene nació el 25 de septiembre de 1942, era un hermoso bebé de cuatro kilos. Siempre fue grande, gordo, vivaracho y lindo, como ahora. Yo le di el pecho hasta que cumplió un año, así estaba sanito. En ese entonces lo llamábamos Tití: empezó a caminar a los diez meses y apenas tuvo uso de razón empezó a disfrazarse de boxeador, era muy fuerte. Su padre fue Vicente Bonavena.

Ringo hizo un verdadero show de su vida, donde en ese impulso a Dominga, la popularizó de tal manera que  llegó a tener un programa en Canal 11 –que reemplazó a “Los Campanelli”– con sus célebres ravioladas de los domingos.

Fue una persona pintoresca, creativa y carismático. Incursionó en el cine en las películas: ‘Los chantas’, ‘Muchachos impacientes’ y ‘Pasión dominguera’.

Entre las frases creativas se recuerdan:

“La experiencia es un peine que te lo dan cuando te quedas pelado”.

“Todos hablan antes de las peleas. Todos hablan. Pero cuando suena la campana, estás tan solo que hasta el banquito te sacan”

“Dios me hizo boxeador. Bueno, yo digo Dios como puedo decir mi mamá. A Dios no lo conozco, a mi vieja sí y es lo más grande que hay”.

“De tanto repetir, casi me caso con la maestra”. La expresó al recordar que había abandonó en sexto grado de la primaria.

“¿Cuántos hermanos somos? Ocho vivos y yo, que soy el único que trabaja”. Sus hermanos era seis varones y tres mujeres)

“La calle lo aviva a uno. Nadie es malo de chico, pero no se la puedo vender cambiada diciéndole que era un santo, que hacía bien los deberes, que no fumaba a escondidas bajo el puente y que iba a misa los domingos. Todos me lo cantaban en el barrio: vas a ser boxeador, y a fuerza de repetírmelo, me lo creí”.

“No me gustan las mujeres modernas. La casa o la vida”.

“Aunque no lo parezca, yo soy un tipo muy consciente”

“Todas las mañanas, a eso de las siete, se repite esta misma escena ante mis ojos llenos de sueño: la pelada del profesor López Aguirre me anuncia que debo levantarme. He decidido perdonarlo porque ya me llama campeón”.

“Mejor perder a lo macho que ganar a lo cobarde”.

Bonavena fue un campeón sin corona que no pudo lograr el título mundial quizás porque le tocó una época de grandes boxeadores como Muhammad Ali, Joe Frazier, George Foreman, Floyd Patterson, Ken Norton, Bob Foster y Jerry Quarry.

Coloso con voz aflautada, con singular carisma que lo hizo un personaje mediático décadas antes de que se inventara esa figura o palabra simbólica.

Cuando murió tenía 33 años. Hoy se recuerda que pasaron 44 de aquel episodio.

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