El clásico Boca-River – River-Boca- ingresa mañana a la tarde en un fase nunca antes vista, y poca veces imaginable. No juegan por un Torneo local de los que organiza la AFA. Son finalistas de una competencia donde la copa en juego une a un continente.
El cotejo previsto para esta tarde a las 17 hs. se corrió por la lluvia persistente y alerta de tormentas y precipitaciones fuertes para mañana a las 16 hs.
La definición en dos cotejos más, lo que se pueda sumar conforme a los resultados abren un hecho histórico que no tiene precedentes. Es el punto inicial de una nueva estadística que puede convertirse en solitaria por muchos años, o repetirse en forma más seguida. Todo dependerá de partidos intercontinentales, resultados y el azar, que aunque no se quiera, está presente en fútbol.
La pasión de este superclásico se vive en todo el territorio.
En Nueve de Julio, la Peña Antonio Roma, del Club Xeneize espera a una tribuna – como extensión de una platea del Estadio de la Boca Alberto J. Armando- que colmará la sede la filial que preside el convecino Martín Marrafino.
En tanto, los simpatizantes de River Plate, también se juntarán en su sede para seguir las alternativas que tiene como condimentos previos. Una lluvia que dejará al césped con dificultades. Un técnico que sancionado no podrá seguir en el ‘minuto a minuto’ a sus pupilos.Un VAR que se aguarde sea justo y equitativo y la emoción de los árbitros, incluido el principal, ya que saben que deben hacer cumplir el reglamento en un clásico universal. Lo que genera Boca-River- River-Boca, ya está instalado en otras latitude, las más impensadas.
Detrás de todo este fervor, se percibe un mensaje trascendental. Que se juegue al fútbol que no haya violencia y se disfrute del partido, nervios y tensiones incluidas.
La pelota se moverá a las 17 hs. y volverá a repetirse, por revancha, a la misma el sábado 24 en el Monumental, que querrá ser Bien Monumental, si es que una Boca, no lo devora, antes!.