Recientes estudios dan cuenta que la soledad, y desde temprana edad, es un síntoma familiar y social que crece.
En la Argentina, según datos del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores de la Universidad Católica Argentina, hay unas 260.000 personas de más de 60 años que viven sin compañía y dicen sentirse solas.
En Inglaterra, cerca del 20% de los británicos se sienten solos. Los más afectados son los mayores de 65 años, pero la sensación de aislamiento no discrimina y alcanza también a los jóvenes. A tal punto que el gobierno de britànico creó un equipo interministerial para abordar el problema. En Suecia, la mitad de la población vive sola.
Se trata de un fenómeno global. Una de cada tres personas se siente sola habitualmente o con frecuencia en los países de Occidente. Así lo indican varios estudios recientes. Los expertos hablan de sociedades que adoptan una cultura del individualismo y de los cambios que trajo aparejados la tecnología.
Se debe distinguir entre la soledad que se elige para la concentraciòn y meditaciòn que se disfruta ya que se encuentra, ese ser consigo mismo, y que hace a la intimidad, con los tironeos externos, ya que a través del celular llegan infinidad de consultas, propuestas, y convocatorias ya sean familiares, laborales o sociales; y la soledad camino a la depresión, aislamiento y reclusión, dando como resultado de una incapacidad de establecer relaciones con los demás.
De la primera se entra y sale constantemente ya que se domina y elige. De la segunda, la ayuda es necesaria pues los síntomas de esta soledad, frecuentemente incluyen ansiedad, alucinaciones, o incluso distorsiones de la percepción y el tiempo. En este caso, se suele caer en aislamiento emocional – es un término utilizado para describir el estado en el que el individuo está emocionalmente aislado- , a pesar de tener una red social normal.
Hay una tercera que surge de determinadas enfermedades.
Hoy parece que estamos cerca de todo y de todos, a la mínima distancia de un clic. Pero la hiperconectividad deja expuestos y el mundo devora a los seres humanos. Por eso resulta que al mismo tiempo, y en otro sentido, estamos lejos hasta de nosotros mismos. Más solos.
Esta problemática -la de la segunda soledad – es la que están abordando los gobierno de varios países, y actuar en consecuencia, ya que la soledad es impracticable, y la sociedad, necesaria. Y ante ello se debe mantener la cabeza en la primera y las manos en la segunda. Las condiciones para hacerlo se dan si cada persona es capaza de conservar su independencia sin perder la empatía.