El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, propuso convertir todos los terrenos baldíos de la ciudad en huertas y canchas de fútbol.
La insólita iniciativa fue presentada en un memorándum a sus funcionarios y pretende que todos los terrenos baldíos de más de media manzana sean destinados a la organización de huertas comunitarias, las cuales serán administradas por personal del municipio, con ayuda de vecinos y de un grupo de iglesias evangélicas.
En tanto, aquellos terrenos que tengan menos extensión serán destinados a la construcción de “potreros” para el barrio de tal manera que se conviertan en canchas de futbol.
La iniciativa es considerada clave por el jefe comunal ya que ordenó que se ponga en funcionamiento en un plazo de 15 días y les avisó a sus funcionarios que considerará “falta grave” su no cumplimiento.
El jefe comunal puso al frente de esa iniciativa a la Secretaría de Desarrollo Productivo, que deberá acordar con otras áreas para limpiar los terrenos y controlar los posibles robos. Además, ordenó un relevamiento de los terrenos disponibles de “superficie adecuada”.
Las primeras voces que se escucharon señalaron que es atentatorio contra la propiedad privada, ya que el Municipio no tienen facultades para disponer de lo que no le corresponde.