El atardecer de este viernes santo mostraba una luna redonda y grande. Mientras el día daba paso a la noche su resplandor ganaba en luminosidad. Ninguna estrella se observaba en su alrededor.
La contemplación de ese paisaje celestial, despertó curiosidad en el observador. Una luz zigzagueante danzaba en su cercanía. El fenómeno duró unos minutos ya que se acercaba y distanciaba como un juego, del que no es capaz una estrella.
El objeto volador no identificado, pudo ser captado en algunas imágenes que dan cuenta de esa movilización en el cielo. Después se perdió hacia el este.
Las fotos muestran ese despliegue hasta partir al este.