Antonio Mamerto Gil Nuñez, más conocido como “El Gauchito Gil” o como “Curuzú Gil” (del guaraní curuzú=cruz) es quizás uno de los más importantes representantes de lo que Marta De Paris denomina Santoral Profano Correntino (1988). Desde hace ciento cuarenta años tiene vigencia en su provincia, pero en los últimos tiempos ha trascendido primero al litoral en especial Misiones y Formosa y luego al resto del país. Comprobamos la existencia de lugares de culto desde Salta a Ushuaia.
Existen diferentes versiones acerca de la época y el motivo de su muerte. Se sabe que fue durante el siglo XIX, algunos sitúan estos hechos en 1890, para otros ocurrieron entre 1840 y 1848. Todos coinciden que su muerte aconteció el 8 de enero, que ocurrió en medio de las constantes luchas fratricidas entre los Liberales (o Celestes) y los Autonomistas (o Colorados), que el Gauchito era inocente y que fue muerto injustamente.
Era oriundo de la zona de Pay-Ubre, hoy Mercedes, Corrientes. Había sido tomado prisionero por el Coronel Zalazar acusado injustamente de desertor y cobarde. Fue trasladado a Mercedes y de allí sería enviado a Goya donde se encontraban los tribunales. Era sabido que los prisioneros que tenían ese destino jamás llegaban a Goya, siempre “habían intentado escapar en el camino, se producía un tiroteo y el preso irremediablemente moría”. El pueblo se entera de la prisión de Gil y se moviliza buscando apoyo en el Coronel Velázquez, quien junta una serie de firmas y se presenta ante Zalazar para interceder. Este hace una nota dejando al Gauchito en libertad que fue remitida a Mercedes pero ya había sido llevado hacia los tribunales.
Con respecto a la forma de morir existen varias versiones:
1) Lo ataron a un poste o un árbol y le dispararon con armas de fuego pero ninguna de esas balas entró en el cuerpo ya que la creencia popular dice que quien lleva el amuleto de San la Muerte no le entran las balas y se supone que el Gauchito era devoto del “Santito”. Entonces el sargento ordenó que le colgaran de los pies y allí lo degolló.
2) Murió luego de varios intentos de disparos con armas, porque una bala finalmente entró en el corazón.
3) Fue colgado de un algarrobo, cabeza abajo y luego degollado, porque tenía el poder de hipnotizar a las personas “con sólo mirarlas a los ojos”.
La partida volvió a Mercedes y allí el sargento se entera del perdón y, recordando las últimas palabras del Gauchito, se dirigió a su casa donde entera que su pequeño hijo está muy grave, con fiebre altísima y el médico lo había desahuciado. Entonces se arrodilla y le pide al Gauchito que interceda ante Dios para salvar la vida de su hijo. Al llegar la madrugada el milagro se había hecho y el niño se había salvado. Entonces el sargento construyó con sus propias manos una cruz con ramas de ñandubay, la cargó sobre sus hombres y la llevó al lugar donde había matado al gauchito. Colocó la cruz, pidió perdón y agradeció.
La cruz dio el nombre al cruce de caminos y, con el transcurso del tiempo, se convirtió en un lugar de peregrinación.