En la década del 80, cuando surgió la democracia varios legisladores designaban amigos o conocidos muy cercanos como asesores. La propuesta era, que se lo nombraba, no iba a trabajar y el 50% de su haber era lo cobrado por el empleado de la cámara. La otra mitad iba al representante del pueblo o de las provincias, a los fines de hacer caja ya que había que solventar campañas políticas o ayudar a necesitados.
Ha habido casos de grandes disgustos de los proponentes, ya que más de uno hizo una ‘mexicaneada’, es decir, no iba a trabajar, cobraba y no reintegraba el 50% de la promesa.
A partir de ahí, tras el nombramiento, el designado automáticamente otorgaba un poder de cobro a ‘otro’. Era entonces, el legislador quien daba el 50%. Algunos olvidos ha habido en esa relación espuria.
Esa práctica se ‘normalizo’ y siguió hasta nuestros días. En la geografía nuestra alcanza al Congreso y la legislatura bonaerense, como lo más habitual.
Recientemente se supo que unos ’80 ñoquis’ en territorio bonaerense serán dados de baja si el lunes 15, no concurren al trabajar a la cámara de diputados, en La Plata.
La administración del cuerpo y conforme lo señalara el presidente de los representantes del pueblo, Manuel Mosca, ese fue el camino a seguir ya que se intimó a 115 que no concurrían. De las presencias que marcaron tarjeta surgió esa cifra.
Es probable que en su mayoría no asistan, ya que se trata de una maniobra de los propios legisladores – no todos- que habían fomentado a ‘los ñoquis’.
La noticia gana en importancia ya que se pone al descubierto una maniobra impropia de los reclamos de transparencia que exige la sociedad de sus representantes. De lo reprochable de la conducta, lo positivo es que cada día que pasa, el pueblo se va anoticiando que un proceso de depuración va en marcha. Falta mucho todavía, pero se camina hacia las cuentas claras.
Resaltar este episodio de la Cámara de Diputados de la Provincia debe servir de ejemplo de lo que no se quiere de la clase dirigente.
Y que sea el propio cuerpo quien procede a erradicar conductas impropias es un aliento que, en muchos lugares, conductas incorrectas se están modificando.
Se está cambiando…pero falta. A seguir, lo pide el pueblo y la sociedad!