Quince o diez años atrás los municipios se limitaban sólo a la prestación de ciertos servicios básicos. Sin embargo, ese esquema se fue modificando y los gobiernos centrales transfirieron muchas de sus responsabilidades a los municipios. Responsabilidades que tuvieron que afrontar sin los recursos necesarios ni los conocimientos que se requieren.
Hoy tenemos gobiernos locales preocupados por la incorporación de jóvenes y niños en el circuito de la educación formal, por la gestión del sistema preventivo y primario de la salud, por la seguridad, sólo por nombrar algunos de los problemas que surgen diariamente.
Lo cierto es que ningún nivel de gobierno se ocupa del desarrollo de los seres humanos como los municipios. No existe un gobierno más identificado con las personas, cuestión que cobra mayor relevancia si se piensa en los desafíos de los próximos diez años: el combate de la pobreza, la generación de trabajo y la sustentabilidad ambiental.
Frente a este escenario es que a mediados de 2016 comenzamos a desarrollar los primeros encuentros de regionalización en el oeste y noroeste provincial, con el objetivo de buscarle una solución a realidades que son similares con municipios vecinos.
Junto a intendentes debatimos sobre problemáticas que trascienden las fronteras de los distritos. Buscamos potenciar el interior productivo y para ello debemos trabajar en conjunto.
El proceso de regionalización instala una nueva forma de gobernar que promueve un profundo cambio político, cultural e histórico en las estructuras del Estado provincial. Durante décadas, la gestión de Estado desde una perspectiva centralizada generó fragmentaciones, superposiciones y desequilibrios territoriales.
Avanzar en la regionalización significa potenciar las particularidades del territorio y revalorizar las identidades regionales bajo el marco de una provincia que tiene realidades muy diversas.
Las regiones son entendidas como un sistema de fronteras permeables, que sienta las bases para la participación ciudadana y el desarrollo de sus actores.
En cada región se identifican ciudades-nodo, que se interrelacionan entre sí de una manera no jerárquica y en conjunto deben facilitar la integración de todas las fuerzas vivas de la sociedad.
La regionalización, que se ejecutará por medio de la descentralización de acciones y la desconcentración del Estado provincial hacia las comunidades regionales, en un futuro se va a constituir en una política de Estado que estará por encima de los hombres y de los partidos.
Los encuentros de regionalización que junto a los intendentes llevamos adelante son la piedra fundacional de un esquema de trabajo en conjunto, que no hace distinción política y que pone sobre la mesa las potencialidades territoriales de cada municipio.