Luego de la Independencia, la Argentina soportó décadas de guerras civiles. Unitarios y federales se enfrentaban por diversas causas; pero al promediar el siglo XIX el motivo de fondo era solamente uno: Las rentas de la aduana de Buenos Aires. La lógica federal de las provincias quería nacionalizar el “botín” de los porteños, y los porteños también federales no querían desprenderse de sus ingresos. Todo terminó en 1880 con el triunfo de la teoría del interior, la aduana y la Ciudad de Buenos Aires pasaron a formar parte de la Nación.
En la Argentina moderna algunas situaciones se mantienen igual. La provincia de Buenos Aires sigue siendo la que más riqueza genera, la que más aporta al Tesoro Nacional, la de mayor población (39% del total), entre otras cosas. Pero otras se han invertido, es la de Buenos Aires: la provincia con mayor cantidad de personas en situación de pobreza, la única que recibe menor cantidad de fondos por coparticipación en comparación de los que aporta (un dato increíble, todas las otras provincias reciben más de lo que aportan obviamente en desmedro de los bonaerenses)
Para ser más certeros, la provincia aporta el 37,4% del total recaudado por la Nación y le devuelven el 18,1%. En cualquier año del siglo XIX esta situación hubiese sido insostenible. Pero no hay que retroceder tanto para encontrar que hace unos 25 años recibíamos el 25% del total. Por lo que podemos afirmar que nuestro problema empieza hace relativamente poco, pero ha generado un daño extraordinario.
En esos 25 años hubo un único partido que gobernó la provincia, 5 gobernadores en total, prácticamente todas las elecciones ganadas por lo que los representantes bonaerenses en el congreso nacional también pertenecían en su mayoría al mismo partido, el peronismo. Todos son responsables de no haber defendido los intereses de los bonaerenses principalmente en este episodio clave. Promediando la década del 90 cuando Menem, impedido de ser reelecto, quiere recortarle presupuesto a Duhalde para impedir que éste sea presidente. Para esto pone un tope de 650 millones de pesos al fondo del conurbano, fondo que había creado hacía unos pocos años atrás para proveer al mismo Duhalde de fondos y lograr así ambos la reelección. Resultado, hoy día Santa fe recibe 6.000 millones de pesos de un fondo bonaerense, Tierra del Fuego recibe 900 millones de ese mismo fondo, y Buenos Aires sigue recibiendo 650 millones.
El total del fondo hoy es de 45.000 millones de pesos, por eso resulta tragicómico escuchar a algunos gobernadores hablar de federalismo cuando el presidente Macri, enhorabuena, otorga 25.000 millones a la provincia, sin afectar los recursos que el resto de las provincias le siguen mezquinando a la nuestra.
La pérdida en todos estos años se estima en cerca de 500 mil millones de pesos. Uno se puede preguntar de que manera, todo esto, repercute en nosotros. Es sencillo, la provincia carece de infraestructura básica, rutas, caminos, energía, cloacas, agua, gas, etc, todo está prácticamente como estaba hace 20 años. No solamente eso, sino que además, el abandono es de tal magnitud, que no hay inversión posible que lo solucione de un día para otro, por eso es digno de destacar lo que hace el gobierno de Vidal de invertir, como nunca antes se hizo, en infraestructura.
El federalismo ha sido plenamente desvirtuado en nuestro País, una cosa era la solidaridad de las provincias más ricas para con las de menores recursos, y otra muy distinta es asfixiar financieramente a la provincia más rica para hacerla dependiente de la Nación y encima otorgar los fondos que le pertenecen al resto de las provincias. En 1994 la Constitución Nacional estableció que se debía acordar un nuevo sistema de coparticipación, hasta hoy nunca han siquiera intentado un acuerdo. El gobierno nacional que encabeza el ingeniero Macri ha dado el primer paso en pos de iniciar un debate serio que genere un futuro acuerdo entre todas las jurisdicciones. La definición del debate, seguramente, llegará con el resultado de las elecciones legislativas de este año.