Hace 200 años que argentina se independizo como nación y salió a buscar su lugar en el mundo. Desde entonces camina por los senderos que un sector trata de imponer en el otro como el de mejor rumbo, y siempre desplazando y no consensuando. Y nunca en aprobaciones y de respeto. Casi siempre con coacciones.
Las luchas hasta encontrar la Constitución que rija para todos, es el claro ejemplo. Costo muchos muertos esa declaración de principios rectores, y sin embargo, se siguió en cuestionamientos y tironeos a punto tal que durante largos periodos no se acató ni en una coma y contemporáneamente, tampoco en su totalidad. Y hoy, los tiempos políticos esquivan normas o intentan acomodar su interpretación en el sentido de intereses reducidos, y no generoso.
Este bicentenario debe servir de reflexión hacia los verdaderos cambios, pues las pujas constantes que se originaron en toda su historia, incluidos baños de sangre – y hoy están con fuerza en el tejido social – deben servir para encontrar los puntos comunes hacia la unidad y proyección de un mejor país.
Que la valentía, coraje, grandeza y firme convicción sean los movilizadores suficientes para esas transformaciones. Las mismas deben ir cargadas de verdadero patriotismo, como el que aflora en forma cíclica ante sucesos como el de la celebración, pero que se desvanecen rápidamente, para evitar que todo quede en buenas intenciones, y sin concreciones.
Cualquiera sea el pueblo, la ciudad, el distrito o geografía del dichoso y bendito país, le cabe esta consideración. Los puntos de unidad respetando las ponderaciones de cada uno, fortalecerán las decisiones, ya que todos se sentirán con el compromiso de la responsabilidad en el objetivo, lo que hará que cada miramiento o critica, conlleve el valor de la palabra sincera y de acompañamiento, para fortalecer ese rumbo común, conformados por todas los partes que hacen a la sociedad. Que el Señor y el sol iluminen un camino venturo post bicentenario.
Este debe ser el significado de convocatoria de la celebración de 200 años de uno de los hechos históricos más relevantes que vive una nación, y que en aquel entonces, movilizo a esos antepasados a impulsar la independencia, o dicho de otro modo, la autodeterminación de un pueblo que observaba tironeos constantes de sectores interesados en su conquista para provecho de otras naciones.
Que el acta original de la Declaración de la Independencia haya sido robada en el trayecto, Tucumán – Buenos Aires, no debe servir de anécdota risueña. Corresponde interpretarse como un mal de época que perdura hace 200 años y debe ser cambiado radicalmente. Que sirva lo anecdótico para que la transparencia de todo acto sea tenida en consideración como principio de la buena fe elemental y sincera a la hora de redacción cívica de un documento sobre el Bicentenario, que contenga los pilares y bases de reacomodamiento de las nuevas proyecciones que se hacen para la sociedad que conforma el país. Que se encuentren los contenidos a la descripción y reflexión de los Obispos, quienes en mensaje reciente “Bicentenario de la Independencia. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos”, invitan a “estimular el diálogo” para “pensar juntos qué país queremos ser”.
Esta celebración debe ser la ‘Hora de la Dirigencia’ para que localice, a través de todos los sectores representados, desde el primer escalón social hasta la cúspide, la ruta a transitar en conjunto – ya que unidos hay mejor fortaleza – mirando con atención la bandera que cobija y protege, hasta alcanzar la meta propuesta como objetivo de posible cumplimiento y saneamiento de toda desviación de lo justo y equitativo.
Y que los 200 años transcurridos sirvan de rampa de lanzamiento hacia esos principios consensuados. De concretarse, será la mejor celebración de Independencia! … Independencia de lo mezquino, del egoísmo, del aprochechamiento de la cosa pública en beneficio personal o familiar, del desinterés social y de todo mal que aqueja a la Patria….y si se es capaz de esta transformación, se caminara hacia una Nueva y Gloriosa Nación!… De la sociedad en su conjunto,y cada uno en su rol, depende su concreción!