Queridos hermanos y hermanas: Al terminar esta celebración, invoquemos la intercesión de la Virgen María para que nos acompañe durante la Semana Santa.
Que ella, que siguió con fe a su Hijo hasta el Calvario, nos ayude a caminar tras él, llevando con serenidad y amor su cruz, para llegar a la alegría de la Pascua.
Que la Virgen Dolorosa ampare especialmente a quien está viviendo situaciones particularmente difíciles, recordando en especial a los afectados por la tuberculosis, pues hoy se celebra el Día mundial contra esta enfermedad.
Los encomiendo a María, ante todo a ustedes, queridos jóvenes, y su itinerario hacia Río de Janeiro. ¡En julio, a Río¡ Preparen espiritualmente el corazón. ¡Buen camino para todos! (Francisco).