En busca de alternativas dirigidas a revalorizar residuos industriales, profesionales del INTI desarrollaron una tecnología para aprovechar los desechos del sector basada en hidrolizado de colágeno, un subproducto con potenciales aplicaciones.
La disposición de los residuos sólidos producidos durante el curtido del cuero es un tema de vital importancia para las empresas del sector. Minimizar, valorizar, reciclar un residuo que puede ser cuestionado -como lo es el desecho proveniente de curtiembres- son acciones que la industria no puede dejar de aplicar.
En este rumbo el INTI desarrolló una alternativa tecnológica para el procesamiento de los residuos del curtido a cromo, especialmente para tratar las virutas, con el fin de facilitar su disposición al obtener de ellas insumos químicos que luego pueden ser incorporados en el tratamiento de la piel. Los técnicos del Centro INTI-Cueros obtuvieron un hidrolizado de colágeno a partir del procesamiento de recortes y virutas de cuero. Esta sustancia tiene distintos usos industriales y puede ser utilizado como mejorador de suelos, aplicarse como componentes de fertilizantes o usarse como materia prima para obtener un polímero biodegradable necesario en la fabricación de films. Además, si se modifica químicamente, se puede aplicar en recurtientes para el cuero o emplear en alimentos balanceados para animales.
El trabajo de investigación en el Centro de Cueros dio como resultado el desarrollo de una tecnología basada en la hidrólisis alcalina-enzimática para digerir las virutas de cromo a moderada temperatura (entre 55ºC y 60ºC), empleando hidróxido de sodio/cal y un producto enzimático comercial con actividad proteolítica (proceso de degradación) en medio alcalino.
Los resultados alcanzados por los técnicos en el tratamiento de las virutas, como en la aplicación del hidrolizado de colágeno en la elaboración de cueros, motivó hace unos años la concesión de una patente por parte de la Administración Nacional de Patentes del Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI). Si bien la patente fue concedida ya hace un tiempo, todavía resta por aplicar la tecnología desarrollada por el INTI en un amplio sector industrial para el cual está disponible.
Una actividad en constante mejora
El curtido de piel vacuna es un proceso vital en la industria del cuero, pero provoca una gran cantidad de residuos. Se estima que por cada 1000 kg de piel vacuna en estado salado, se obtienen 260 kg de cuero (200 kg de cuero plena flor más 60 kg de descarnes). Además se generan unos 230 kg de residuos sólidos curtidos al cromo que se distribuyen en 100 kg de virutas, 110 kg de descarnes de desecho y 20 kg de recortes.
Las autoridades gubernamentales han manifestado hacia el sector curtidor mundial reclamos por los límites para el uso de cromo (en sus diversas valencias) que en algunos casos va desde la máxima disminución posible hasta su eliminación. Asimismo, institutos de investigación del cuero realizan estudios y compilan resultados científicos sobre la toxicidad del cromo y su transformación reversible, los requerimientos para la industria, y sugerencias sobre el límite exigido basado en los riesgos que este componente puede causar en el ambiente.
En la actualidad existen algunas alternativas que van desde la disposición en rellenos sanitarios (cumpliendo con la legislación para generadores del residuo) la cesión o venta del residuo como material de desecho (alternativa económicamente neutra o de ligera ganancia), o la valorización del residuo para generar materias primas o productos para mercados existentes o nuevos.
Interés de Perú por este desarrollo
El Centro INTI-Cueros recibió una delegación de consultores que trabajan para el gobierno de Perú, interesados en obtener información técnica con el propósito de instalar una planta de hidrolizado y recuperación del cromo de virutas provenientes de distintas curtiembres de la localidad de Trujillo.