En el estado Ramón N. Poratti, y cuando parecía que por mal tiempo no se jugaba, Atlético 9 de Julio no pudo con el “El Linqueño”, uno de los equipos más competentes de la zona. Le ganó 2 a 0 con goles de Daniel Montenegro, pero no le alcanzó, por lo menos de ir a los penales, si bien hizo el esfuerzo.
Los Millonarios sabían que tenían que revertir un 4 a 0 con el que salieron al césped con alguna manchas de agua si bien el terreno drenó considerablemente, ante una jornada húmeda y con pronóstico de seguir lloviendo.
Los orientados futbolísticamente por Mariano Balanho, jugaron con entusiasmo y salieron a ganar. Acorralaron en su arco a El Linqueño, equipo que sabía que un empate, incluida una derrota por 3 a 0 les permitía ganar la instancia y seguir en las finales. Por eso, plantearon un esquema de juego donde el desgaste era de los locales por la necesidad. Con esperar, buscar espacios y contragolpes, el objetivo de llevarse a Lincoln, la alegría de la victoria, era suficiente, ero esa táctica no fue suficiente. Atlético le cerró los espacios. y logró dos goles de Daniel Montengro. No llegó más veces la pelota a la red porque le faltó la suerte que el equipo visitante tuvo en su primer partido en Lincoln.
Se desvanece para Atlético 9 de Julio una motivación centenaria, de una institución que es líder en deportes y socios. Tienen que capitalizar lo hecho y la experiencia adquirida para seguir pensando que se puede. Lejos de un sabor amargo, al Club y su gente, les debe quedar la alegría de la participación y los logros alcanzados para haber llegado hasta esta instancia, y hoy haber ganado.