Se produce como resultado de un miedo exagerado y muy intenso ante situaciones sociales, que pueden ser reuniones, salidas, recitales, o simplemente caminar por la calle. Causa angustia y mucho deterioro porque atenta contra la posibilidad de vincularse y comunicarse con el mundo entero.
Puede ser una fobia específica, que se desencadena ante determinadas situaciones puntuales (ejemplo: sólo en recitales con mucha gente) o fobia generalizada, que se da en todos los ámbitos sociales.
Como cualquier fobia, se centra en un miedo intenso, persistente y crónico a ser juzgado, avergonzado, humillado o hacer el ridículo.
¿En qué situaciones se desencadena?
Frecuente se da al hablar en público, intervenir en una reunión, participar en un evento o ante encuentros inesperados con amigos, familiares, etc.
La fobia genera un miedo tan grande que la persona que lo padece se pone extremadametne nerviosa, intentando huir de la situación. Se esfuerza por controlarse y calmar su ansiedad; pero muchas veces no es posible de lograr.
¿Cuáles son los síntomas?
La fobia social generalmente se manifiesta a través de una serie de síntomas, tanto físicos como psicológicos.
Entre los síntomas físicos se destacan:
– Rubor
– Tensión extrema
– Ansiedad descontrolada
– Sudoración
– Temblores
– Náuseas
– Taquicardias
– Dificultades para hablar
– Tensión al respirar
– Sensación de temor
– Alteración del ritmo cardíaco
– Etc
Síntomas emocionales:
– Miedo e bloquearse
– Miedo a la opinión de los demás
– Sensación de que todos lo observan
– Temor extremo ante situaciones desconocidas
– Evasión total de los eventos
– Ansiedad extrema frente a un grupo de personas
– Personalidad aislada y antipática
– Miedo a bloquearse mentalmente, tartamudear, toser, etc.
Un diagnóstico precoz de esta fobia ayuda a evitar síntomas y trastornos mayores, como puede ser la depresión asociada.
¿Cómo se desarrolla?
Los estudios indican que suele comenzar en la juventud, pero no hay pruebas claras de que no haya indicios anteriores.
Hay muchas señales para prestarle atención y poder diagnosticarla a tiempo. Es la mejor forma de comprenderse, y aceptarse; buscando una solución. Si atendemos esta fobia de la manera correcta podemos controlar y disminuir los síntomas, con el claro objetivo de lograr vivir en sociedad, como cualquier persona.
Como las otras fobias, esta genera un obstáculo tan grande para la persona que la padece que encierra y deprime, aísla y trauma.
¿Cómo es su tratamiento?
No hay claves que funcionen siempre, en todas las personas. Cada caso es muy particular. Pero, como el resto de las fobias y trastornos de ansiedad, lo más recomendable es una terapia cognitivo-conductual, que puede ser grupal o individual; según el caso.
Además, hay algunas opciones psicofarmacológicas que tu médico te recomendará si es necesario.
Si consideras que estos síntomas te son familiares, o los puedes visualizar en alguna persona que conoces, es momento de actuar.
Un diagnóstico claro y temprano ayuda a prevenir males mayores.
Hay ciertos criterios que deben cumplirse para que se diagnostique como tal la Fobia Social, y será tu médico quién dé el veredicto. Pero de todas maneras, presta siempre atención a tus conductas. Según las estadísticas, este tipo de fobia es de las más comunes, y se da sobre todo en mujeres.
Reconocer la fobia, atender a sus síntomas y buscar una solución es el primer paso para sentirse mejor.