A los 100 años, murió María López Vda. de González. El próximo 12 de octubre hubiese cumplido 101 años. Vivió un Siglo cargado de vida, cariño, amor y afectos. Leía sin anteojos y se emocionaba cada vez que ganaba Racing. Si perdía, protestaba bastante. Cuando empezaba a familiarizarse con algún jugador, a los pocos partidos se lo cambiaban, rezongaba.
Hablaba con orgullo de su nietos, especialmente Araceli, ya que llegó lejos en su carrera artística y ella siempre lo decía cuando podía o se lo preguntaban.
Hasta hace poco tiempo, seguía cosiendo, oficio que aprendió de chica y la acompañó toda su vida. Se casó con un amigo de su hermano Claudio que lo conoció cuando cumplió 5 años y se lo festejaron.Tuvo un solo hijo, dos nietos y tres bisnietos.
María, vivió gran parte de su vida en Patricios, donde se crió junto a sus cuatro hermanos varones, a los cuales sobrevivió a todos.
Su madre era maestra y su padre había montado una carnicería que abastecía a un pujante pueblo que crecí a la vera del ferrocarril. Patricios en aquellos años llegó a tener 5.000 habitantes. María alguna vez recordó de su madre “Vino de España siendo maestra, y le enseñó a gente gratis. Tal fue así que una vez un estanciero se enteró que mi mamá le enseñaba a los puesteros, y le regaló a mi papá vacas, terneros, y hasta ovejas, por lo que había hecho mi mamá”.
María López siempre hablaba de ese Patricios pujante, de amigos, de caminatas y que la gran atracción era ir a la estación a ver el paso del tren y quienes iban y venían. Un acontecimiento social que caracterizó a muchas localidades por años.
Mi suegro, Diego González, trabajaba en el ferrocarril y llegó a ser el Secretario General del galpón de máquinas.
Al recordar la llegada del Plus Ultra – prime avión que cruzó el Atlántico – el pueblo salió a festejar. “Yo me use a bailar y al enterarse mi padre, ya que era muy chica, lejos de retarme me perdonó por la picardía.
María entre sus historia recordaba lo mucho que sus padres habían hecho por Florentino Valenzuela, hombre que luego tuvo una vida destacada en 9 de Julio.
Luego de la escuela en Patricios, donde hizo la primaria, hizo un curso en 9 de Julio de modista. Actividad que luego la acompañó toda su vida. A punto, que se casó con un sastre, José González. Tuvo un único hijo, Ernesto.
Alguna vez esta memoriosa y simpática mujer recordó que en 1946, se trasladaron a Buenos Aires. Allí como modista hizo vestidos de novias de muchos famosos para la época. En Buenos Aires pasó mucho tiempo con sus nietos, que son su orgullo. “Tengo dos nietos, Araceli y Adrián González, y tres bisnietos, Florencia Torrente, Tomás Kissner, y León González, contó con alegría algún vez.
Otra de las anécdotas que recuerda maría ayudada por su hijo Ernesto es que ayudó en la concreción del Colegio San Agustín. Colaboró en la obra inicial de los Hermanos marianistas para que hayan instalado en 9 de Julio.
Los resto de María González, como se la conocía últimamente, son velados en la Sala 2 del complejo de Salas velatorios de la CEyS y será sepultados mañana a las 9 en el cementerio de 9 de Julio.